TOXICODERMIA

Es un término que se utiliza para describir un amplio espectro de reacciones cutáneas inducidas por medicamentos. La forma más frecuente de toxicodermia es la forma de exantema morbiliforme, pero podemos encontrar otras formas específicas como el exantema fijo medicamentoso o formas graves como el síndrome de Steven-Johnson o la necrólisis epidérmica tóxica.

Prácticamente cualquier fármaco puede producir una reacción adversa a nivel de la piel, aunque los grupos farmacológicos más frecuentemente implicados son los antiinflamatorios y los antibióticos.

La forma más frecuente, la toxicodermia de tipo exantema morbiliforme, se manifiesta como una erupción brusca generalizada, bilateral y simétrica, de coloración rojo-violácea, que suele producir picor. Suele aparecer entre 1-10 días después de haber recibido el fármaco implicado, aunque este periodo de latencia es variable.
El diagnóstico de sospecha se realiza mediante la exploración clínica y la historia de la toma de medicamentos. Puede realizarse una biopsia cutánea para confirmar los hallazgos típicos de las diferentes formas de toxicodermia.

Será conveniente asimismo un estudio analítico y derivar al paciente para el estudio de hipersensibilidad al medicamento de sospecha (ya sea mediante valoración alergológica o mediante las pruebas epicutáneas). Hasta dicho estudio será conveniente que el paciente evite la toma del fármaco implicado.
Las lesiones de las formas leves (morbiliforme, exantema fijo medicamentoso) tienden a la resolución con la retirada del fármaco implicado, aunque esta remisión puede ser lenta y tardar incluso semanas. Puede ser útil realizar un ciclo de tratamiento con corticoides tópicos e incluso orales, si la intensidad de la clínica así lo requiere. El picor puede controlarse con antihistamínicos orales.

En las formas graves (Steven-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica) es obligada la derivación urgente a un centro hospitalario para su manejo en una Unidad de Cuidados Intensivos.