A pesar de la alarma que a veces generan algunos médicos de atención primaria y algunos farmacéuticos, los dermatólogos, por nuestra dilatada y extensa experiencia clínica con cremas que incluyen este componente, teníamos absoluta certeza de que lo que recetábamos a nuestros pacientes era seguro.
El tacrolimus es un componente incluido en todas las guías de tratamiento de la dermatitis atópica, que no representa riesgo alguno.
Su uso está indicado en pacientes con dermatitis atópica, puesto que favorece el tratamiento de esta patología reduciendo el uso de corticoides.
En estos últimos diez años se han realizado varios estudios buscando una relación causal entre el uso de tacrolimus y la aparición de cáncer o tumores de cualquier tipo, sin que haya podido encontrarse nexo alguno.
Recientemente se han publicado los resultados del estudio más extenso realizado en este sentido.
Con una muestra de 8.000 niños estudiados, cuya evolución se ha seguido durante 10 años, en él se concluye que el uso de cremas con tacrolimus es absolutamente seguro si se respeta la posología indicada por el dermatólogo y que no tiene incidencia ni relación alguna en la aparición de ningún tipo de cáncer.