La hiperplasia sebácea es una anomalía benigna común caracterizada por el agrandamiento prominente de las glándulas sebáceas de la cara. Ocurre tanto en hombres como en mujeres, sobre todo ancianos, y se trata de lesiones banales, sin capacidad de malignización. Su importancia radica en diferenciarla del carcinoma basocelular. Las lesiones aparecen raramente antes de los 30 años y después de los 70 casi todo el mundo tiene alguna.
Las lesiones se presentan como abultamientos de 1-4 mm, de color entre amarillo pálido y el de la piel normal, localizados preferentemente en la frente o mejillas, pudiendo aparecer aisladamente o como múltiples lesiones. Las lesiones pueden aparecer en todo tipo de piel pero más frecuentemente se ve en pieles claras.
Se ha sugerido que el daño solar puede ser un factor contribuyente en su aparición más precoz. Las lesiones son por completo asintomáticas pero muy persistentes. La preocupación en la gente más joven es de tipo estético. La preocupación en la gente mas mayor es que sea un carcinoma basocelular al los que se parecen mucho.
Las pápulas de la hiperplasia sebáceas se pueden diagnosticar erróneamente de carcinoma basocelular. Los indicios para el diagnóstico de hiperplasia sebáceas comprenden el centro umbilicado, la disposición radial ordenada de las telangiectasias y la presencia de múltiples lesiones. Muchas veces es necesario recurrir a la dermatoscopia en lesiones dudosas. En caso de imposibilidad para diferenciarla de un carcinoma basocelular, estaría indicada la biopsia para su análisis al microscopio.
Estas lesiones pueden tratarse con objetivos cosméticos con escisión afeitado quirúrgico, electrocoagulación, curetaje, láser etc.